El sobrepeso y las enfermedades cardiovasculares acechan a nuestra sociedad debido al creciente consumo de alimentos ultraprocesados. ¿Cómo afecta esto a nuestra salud y qué podemos hacer al respecto?
En un mundo donde los alimentos ultraprocesados se han infiltrado cada vez más en nuestra dieta diaria, las repercusiones en nuestra salud son alarmantes. El sobrepeso, la obesidad y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares se han convertido en problemas de salud pública de gran envergadura.
El Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) advierte que tanto el sobrepeso como la obesidad están cada vez más presentes entre niños y adolescentes. En un reciente estudio reveló que al menos el 21.5% de los menores entre seis meses y doce años presenta sobrepeso.
Los expertos coinciden en que el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados es uno de los principales impulsores de estos padecimientos, así como de enfermedades relacionadas. Estos alimentos, caracterizados por su baja calidad nutricional, son altos en grasas saturadas, grasas trans y azúcares añadidos. Su disponibilidad masiva y precios asequibles los convierten en opciones tentadoras, especialmente en comunidades donde los recursos económicos son limitados, como es el caso del 64% de la población hondureña que vive en la pobreza.
Los impactos de su consumo excesivo van más allá del aumento de peso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos productos contribuyen al desarrollo de enfermedades no transmisibles como la hipertensión, la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Además, un estudio publicado en JAMA Neurology encontró una asociación entre el consumo elevado de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
Afortunadamente, hay iniciativas en marcha para abordar este problema de salud pública. En Honduras, el Movimiento Hondureño por la Alimentación y la Salud (MAYS) está presionando para adoptar una Ley de Etiquetado Responsable, inspirada en regulaciones exitosas implementadas en otros países latinoamericanos como Chile, Colombia y México.
Esta legislación busca proporcionar a los consumidores información clara y transparente sobre el contenido nutricional de los productos alimenticios, ayudándoles a tomar decisiones más informadas sobre su dieta.
“Chile es un ejemplo de éxito de esta regulación. Con sellos de advertencia que identifican los alimentos ultraprocesados con altos contenidos de azúcares añadidos, grasas saturadas o sodio, ha logrado fomentar una dieta más saludable”, afirman representantes del Movimiento MAYS.
Esta medida, respaldada por la campaña Comiendo Mentiras, tiene como objetivo facilitar a los consumidores la identificación de productos poco saludables y promover una dieta más equilibrada y nutritiva.
Es imperativo que tanto los ciudadanos como las autoridades tomen medidas concretas para abordar esta crisis de salud pública. Los niveles de sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de estos alimentos no pueden ser ignorados y la acción urgente es necesaria para revertir sus efectos antes de que sea demasiado tarde.
Para obtener más información sobre la Ley de Etiquetado Responsable, los hondureños pueden visitar el sitio web www.comiendomentiras.com